martes, 5 de junio de 2012

Me ví.

Me acordé de mí.
Me invité a pasar.
Me senté a charlar conmigo.
Me pregunté si estaba presente.
Me sorprendí con mi respuesta.
Me contesté con certezas.
Me perdoné.
Me seguí cuando partí.
Me perdí.
Medité.
Me aclaré.
Me dí té.
 

viernes, 20 de enero de 2012

Concebido

Recuerdo infancias perdidas, con opacos sonidos a campanas, aromas ahumados y brisas de lino. 
Recuerdo bambués en danza, la quietud del lago y cascabeles sin sigilo.
Atrás quedaron parcas emociones y tímidos aleteos perimidos.

El sol torna su cara mas clara a mi mundo abstraído; 
es otra chance para escalar laderas o desandar abismos. 
Ya vendrá la luna a imponer su sueño concebido.

El aliento derrumba la erosión de zonas estrechas, 
limpia de egoístas toxinas y células deshechas . 
Sólo así accedo a lejanos hogares, que me pertenecen, que jamás he vivido;
pero nada sé de sus paredes, nada sé de sus aromas ni de su temor vencido.

Recuerdo infancias perdidas con siestas sin vecino, 
en noches estrelladas con luciérnagas sin nido.
Recuerdo lo inmenso de su océano, con olas sin mareas y faros corroidos.
Recuerdo lo cristalino de su ser, cuando me asombra que su sombra vaya conmigo.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Vaciado...

Sin piedad me ahogó en su reino gris.
Creció en mis paredes como famélico musgo.

Penitente, amenazó los escondites de la dicha.
Tiñó sin recelo mis mustios latidos.
Déjame respirar lúgubre huésped!!!
Deja que mi ser alcance húmedos arco iris...

Oh tristeza, haz veloz tu propósito!!!
Precipítate en ésta, tu inerme vacija de lágrimas...


lunes, 15 de febrero de 2010

Estalagmitas

La cruel nevada hizo lo suyo.
El silencio fue amigo y el ruido su cómplice.
Ramas roídas por el frío muestran sus despojos en el suelo, mientras cuervos impiadosos resquebrajan la calma.
Gélido mundo, infierno de colibríes, paraíso de lobos, cárcel de aromas.
Sobre la izquierda, en la cueva, surcos adolescentes de agua reflejan ocres.
Mas allá, las estalagmitas perseveran, sólo aspiran a crecer, a conquistar, a devorar el tiempo, a congelar horizontes.
En lo profundo, latidos oprimidos luchan por imponerse; el cielo me es indiferente, la acción esclava y la mirada insensible.
Cuando se agazapan las sombras huyo de sedientos huecos, hogar de ataques, trampa de angustias.
Lo siento; en este invierno de alegrías, la inercia es ama y el candor, plebeyo.

viernes, 5 de febrero de 2010

CoNtUsIóN

Es la hora de la siesta, en el reino de las iguanas.
Oscila mi carreta con rocas, piedras y durmientes, tirada por bueyes morados de resignación.
El indemne sendero calla sus quejas, mientras supura un hedor a derrotero final.
No aleteos, no ventizcas, no parpadeos.
Oasis de precipicios, sedientos de sombras, esperan mi llegada.
Allí deposité la carga de estos días. Mis plagas ya descansan en paz con promesas de retorno.
Tras desempolvar las alforjas, acomodé mi desvencijada osamenta y sin samaritanas caminé buscando el ocaso... pero me topé con un amanecer.
El despegue ha comenzado.