jueves, 24 de julio de 2008

No despierten al GigantE…(Serie Glaciares)

Los brazos del sol desnudan formas ingrávidas indolentes, aleatorias. La habitación se nutre de ello. Mi lámpara, de oleada silueta, hecha de fibras sinusoides, acaba de vaciarse de ávidos humores. Ávidos de, mal ganada, libertad. El humo de los humores se dispersa enfurecido en irrevocable desenfreno. La tensa imposición de tormentosos sonidos, famélicos de melodía y tino, abarrotan la atmósfera resquebrajada y sin norte. Mi lámpara, vencida por los aires altaneros del mercurio, yace impotente en su demacrada pose.

Los aires son otros.

Los guerreros de la traición confluyen en una escena sin enemigos ni retorno. Circuito tembloroso sigue la visión, anulada por la explosiva irritación. Mi lámpara, ya sin interlocutores, llama a sus saciados y añejos habitantes. En su vientre adopta al decisivo mercurio, que, sediento de glaciares, accede a relajada compostura. Heridas sin testigos pululan ante el sarcasmo de la malicia pasional. Tiñe ahora mis fibras, la desazón de sublimar energías acromáticas, hacia páramos de reparadora soledad.

No despierten al “Genio”, no agiten al “Gigante”… Dejen reposar a mi lámpara…sus fibras laten…

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